Ganar sí, pero sin humillar

Desde edades tempranas los formadores debemos enseñar a los niños a saber perder, es parte del aprendizaje, pero sobre todo a saber ganar, aunque parece que algunos no lo entienden, o no quieren entenderlo.

En estas edades, lo verdaderamente importante es potenciar la educación y la formación de los niños, por encima del resultado. Federaciones y clubes, deberían tener iniciativas para acabar con este tipo de resultados. Sí tengo conocimiento de que el Villarreal, club referencia en el fútbol base a nivel nacional, sí evita humillar a los rivales. No hace mucho, leí una entrevista a Raúl Herrera, director del Fútbol Base del Villarreal, reconociendo que intentan “inculcar este tipo de valores; no hay que avasallar al rival; no hay que ganar por encima de todo.Durante los partidos, se toman medidas para frenar marcadores finales de 12-0 o de 15-2 que, al fin y al cabo, de poco sirven”. Todos hemos oído o leído alguna vez resultados de fútbol base con marcadores de 15-0, 23-0 e incluso 43-0. Para mí eso no es fútbol, no refleja los valores del fútbol formativo, eso es humillar. Muchos de los que entrenamos a niños o lo hemos hecho en alguna ocasión, hemos vivido alguna situación como la relatada anteriormente.

copa campeones 0045Personalmente he visto entrenadores ordenar a sus chavales que continúen marcando goles, cuando a los diez minutos ganan (7-0), o (14-0) al descanso. Que sigan presionando la salida de balón del rival, cuando al segundo pase ya lo han recuperado.

Ripotenis

He visto casos de niños que lloraban en el vestuario, y se negaban a volver al terreno de juego. Seguramente no podremos evitar que los niños se vayan hundidos a casa, o que alguno llegue a odiar el fútbol. Tampoco que se produzcan este tipo de resultados, porque irremediablemente se seguirán produciendo. Pero los que formamos parte de este deporte, algo tendremos que hacer para minimizar los daños.

¿Posibles soluciones? Quizá podríamos plantear jugar un mínimo de minutos por partido a cada niño, obligando con ello a entrenadores a realizar cambios, jugando todos los niños un numero de minutos considerable. Proponer ciertas normas, como no presionar en la salida de balón del rival, o hacerlo a partir de una determinada zona, sobre todo en partidos de pre-benjamines y benjamines. Sancionar a clubes, entrenadores, u organizaciones que permitan este tipo de resultados, incluso parar los partidos, etc…

En California, en el año 2013, la Northern California Federation Youth Football League (fútbol americano), decidió imponer multas de 200 dólares y dos semanas de suspensión a los entrenadores. Siempre que su equipo ganara por más de 35 puntos,
todo esto, en ligas de niños de 7 a 13 años. Por supuesto, el revuelo entre padres y entrenadores fue considerable, pero el responsable de la federación se mantuvo firme, indicando que “en esas edades el objetivo es que los chavales lo pasen bien”.

 

Recordando el altísimo porcentaje de abandono infantil en la práctica deportiva, cuando continuamente sufren resultados muy abultados.

Yo me pregunto: ¿Qué han aprendido esos niños después de resultados tan abultados? Tanto ganadores como perdedores, mi opinión: nada, han desaprovechado una oportunidad para seguir aprendiendo. Muchos formadores me comentan “¿y que podemos hacer cuando somos tan superiores?”. Estas goleadas son inevitables. Me niego a admitirlo, yo también me he visto en esa misma situación, planteando a los niños retos y objetivos individuales y colectivos.
Retos y objetivos que podemos plantear.

– Cambiar futbolistas de posición.
– Jugar a uno o dos toques máximo.
– Pasar el balón por nuestros centrales para poder atacar.
– Pasar el balón por ambas bandas para poder hacer gol.
– Solo podemos hacer gol tras centro desde una banda.
– Solo atacan 2 jugadores, resto mantienen la posesión.
– Jugar a pierna cambiada.
Para terminar, os dejo una frase que define lo que para mí deben hacer los niños cuando saltan a un terreno de juego: “Solo juega, diviértete y disfruta”

Autor: Miguel Ángel Aroca (Entrenador Nacional de Fútbol)

Publicado en ‘La soledad del entrenador’