Un carnet por puntos para que la sanción recaiga sobre los violentos

En la segunda jornada de la mañana, se sentaron en la mesa representantes de escuelas que ya llevan a cabo medidas desde el ámbito de la psicología para erradicar la violencia. Club Colegio Salgui y Patacona CF ofrecieron su perspectiva desde la experiencia vivida y presentaron los nuevos proyectos que van a poner en marcha a partir de la presente temporada, con el objetivo de inspirar al resto para ser proactivos en el desarrollo de medidas internas.

20171013_132258Los ponentes coincidieron en la poca efectividad de las tradicionales charlas y escuelas de padres y animaron a desarrollar medidas prácticas, pese a la mayor dificultad que suponen. En la inauguración del Congreso, Vicente Muñoz, presidente de la FFCV, agradecía esta “complicada tarea” que desarrollan algunos clubes valencianos por iniciativa propia: “Es digno de elogio lo que se hace en algunas escuelas ya, deseo que logremos trasladar esta involucración a todos los clubes”.

En primer lugar, tomó la palabra Ximo García Lluch, psicólogo del Colegio Salgui, que expuso su proyecto de educación emocional para la presente temporada. “Emociones como la ansiedad y la ira juegan un papel fundamental en el deporte, hay que saber gestionarlas”, afirmaba tajante, y argumentaba: “Los padres, entrenadores y jugadores deben trabajar de forma simultanea y en la misma dirección, hay que formar a los adultos en emociones para que puedan trasmitirla a los niños”.

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Por eso, García Lluch ha implantado en su club unos cuadernillos prácticos y proactivos para jugadores y para técnicos y padres. “Con ellos, los niños tendrán tareas para equilibrar sus emociones y los adultos, tareas para coordinarse con el jugador y recomendaciones sobre inteligencia emocional para poder ayudar al niño”. La única “pega” que observa el psicólogo es que estos cuadernillos “necesitan padres y entrenadores implicados y habilidosos en el terreno emocional”.

En representación del Patacona CF, Salvador Pons, el presidente del club, expuso su visión de la violencia: “Violencia somos todos. El mayor grueso está entre los aficionados, pero también en los jugadores, padres, técnicos, directivos y árbitros”. La iniciativa del Patacona, también rechazando el formato de la tradicional charla, pasa por cuatro puntos clave: formar a todos los miembros del club en la tolerancia cero, detectar y expulsar a los miembros conflictivos del club, portar un logo antiviolencia en las equipaciones con el lema ‘Queremos jugar. No violencia’ y la colaboración con el Protocolo Stop Violencia (PSV) de la FFCV.

Precisamente sobre ese protocolo PSV discurrió Marcelino Ferri, el psicólogo que ideó esta medida y que la presentó ante la Federación para solicitar su colaboración. Desde la institución, se recibió su propuesta y se perfeccionó hasta conseguir ponerla a punto, para que en la presente temporada se aplique en la Superliga Alevín, “y si va bien, el año que viene se implantará en todas las categorías de fútbol 8”, según adelanta Ferri. Este Protocolo consiste en crear un carnet, “similar al carnet por puntos de conducir”, para sancionar a aquellos que generen violencia en los campos y colaborar con los clubes: “No queremos crear fricciones con los clubes, ni cargarlos con sanciones, sino ayudarles a limpiar de violentos sus gradas, por eso las sanciones recaerán sobre los padres, no sobre los clubes”, explicó Ferri. Aunque esta temporada la iniciativa federativa será en ‘papel y boli’, se pretende digitalizar el sistema si resulta exitosa.

La mesa redonda ‘Stop Violencia’ comenzó con unas sobrecogedoras declaraciones de unos protagonistas muy especiales. Joan, Mauro, Félix y Rubén, jugadores en edad infantil-cadete, contaron algunas anécdotas que han presenciado en sus partidos. A su corta edad han escuchado insultos, han visto agresiones físicas, han asistido a tanganas iniciadas por entrenadores y padres. Experiencias reales, de jugadores reales. Ellos son los receptores de esa violencia verbal y física que desde el Congreso la Federación busca erradicar.

20171013_191717Desde el campo se escucha todo”, reconocían los jóvenes jugadores, que pedían comprensión a sus padres y dejar que el juego discurra sin su intervención: “Es normal que lo único que preocupa a las madres sean sus hijos, pero cualquier carga legal y habitual del juego les pone nerviosas y empiezan los gritos en la grada. Pero eso es parte del juego, deben dejarnos jugar”, reclamaba Mauro, y añadía: “El fútbol es nuestro, es de los chavales“. “El fútbol es solo un juego”, recordaba Rubén.

Tras esta improvisada y reveladora intervención de los cuatro jóvenes jugadores, se sumaron a la mesa redonda Francisco Orts, secretario del CF Vinalesa FB, Miguel Ángel Ayza Gámez, ex árbitro y miembro del programa ‘Fútbol con respeto’, Eduardo Serna, director deportivo del Atlético Sedaví, y Francisco Javier Gil, secretario del Elda Industrial.

Orts adoptó el discurso más crítico: “Estamos tratando con chavales y no nos damos cuenta, los utilizamos según nuestras frustraciones. En otras actividades culturales no se trata así a los niños. Nuestras leyes protegen a los menores, ¿por qué en el futbol se nos olvida?”, se preguntaba. Y admitía: “Como padre, a veces me planteo si lo mejor para la educación de mis hijos es el fútbol”. El secretario del Vinalesa, focaliza el origen de la violencia en el objetivo que se plantee a los niños: “La violencia comienza cuando hay una competitividad desmedida y cuando pasarlo bien queda en un segundo plano”. “Esto obliga a los clubes a elegir entre ganar o competir“, se resignaba Ayza Gámez.

20171013_181956Llamativa fue la intervención del ex árbitro, que puso de manifiesto el problema real que sobrevuela el fútbol de formación: “La única agresión física que he sufrido en 24 años de carrera, fue en un partido de fútbol base. Me lo dio un padre”. En defensa del estamento arbitral apareció también Gil, el directivo destacó: “El arbitro siempre es tachado como el culpable de todo, muchas agresiones se concentran sobre él. Pero el árbitro se puede equivocar y tiene derecho a equivocarse. Los partidos no los pierden ni os ganan los árbitros, sino los equipos”.

Otro de los factores a tener en cuenta para minimizar la violencia, según pudo extraerse en la mesa redonda, es el del lenguaje. Paco Polit, moderador de la charla y director de ‘Esport Base, defendió que los medios de comunicación deben eliminar el lenguaje peyorativo de las crónicas, para cortar con la cultura del odio. No solo eso, también debe cuidarse el lenguaje empleado por los padres y entrenadores desde la grada o el banquillo, y el vocabulario interno de los clubes. En este sentido, Serna, que ha desarrollado un decálogo deontológico que se exige a todos los miembros del Sedaví, apuntó: “No debemos hablar de ‘competición’ en el fútbol base, sino de ‘cooperación’, para que no implique presión por ganar y evitar la frustración“,

La mesa redonda se desarrolló de forma distendida con una activa participación de los asistentes, que no dudaron en aportar sus experiencias y visiones acerca de los temas que salían a la palestra. “Los tres motivos por los que los niños deciden jugar a fútbol son: pasarlo bien, estar con sus amigos y aprender habilidades“, explicaba una psicóloga asistente, lamentándose de que los clubes pongan la competitividad como objetivo, ya que provoca violencia y no es la meta que busca el niño.