Terminó el 2024, un año que para la ACD Peñíscola tuvo un sabor agridulce. Si bien a nivel deportivo, económico y social pueden sacarse conclusiones muy positivas, a nivel de organigrama ha sufrido un cambio dramático que sin duda significará una modificación de rumbo en el seno del club roqueño de cara a la temporada 24-25.
En el ámbito deportivo el año no puede catalogarse de otra forma que exitoso ya que se han conseguido los objetivos marcados en todas las categorías. El equipo amateur pudo mantener su presencia en la segunda FFCV una temporada más y, aunque con un inicio de temporada algo irregular, en la actual se sitúa en una novena plaza que eventualmente le aseguraría la permanencia. En cuanto a los equipos de la base, si la pasada temporada fue un éxito, la presente no lo es menos, con la inscripción nuevamente de 10 equipos y con un nutrido grupo de querubines que garantizan la continuidad en las etapas más tempranas del fútbol federado.
A nivel social también hay muy buenas noticias, y es que este año la asociación volverá a tener dama para ejercer la representación en las fiestas patronales.
Si bien es cierto que el club ha vivido un momento de tensión institucional con la inesperada dimisión de su presidente, André Robles, por motivos de salud, la junta directiva se ha repuesto rápidamente y ya ha tramitado el relevo interino para garantizar el correcto desarrollo de las actividades deportivas, económicas y sociales, y que ésta eventualidad no afecte al funcionamiento del club hasta final de temporada, cuando se convocarán elecciones con el fin de escoger un nuevo presidente y junta directiva.
Con todo esto y a pesar de los contratiempos, la entidad blanquiazul estrena el 2025 con máxima ilusión y con la mirada puesta en el horizonte para seguir creciendo.

Foto de la presentación de la ACD Peñíscola temporada 24-25