Amenazar y llamar «hijo de puta» a un árbitro le cuesta a un club 15 euros: ¿Se acaba así la violencia en el fútbol?

 

Erradicar la violencia del fútbol es harto complicado, pese a todas las iniciativas que desde los clubs y las instituciones públicas se están impulsando. De hecho en un nuevo programa de Castellón Base en Tevequatre Televisió podremos ver un reportaje de una iniciativa desarrollada por el Ayuntamiento de Castellón, con el apoyo del Colegio de Psicólogos, entre jugadores de categoría Cadete para evitar comportamientos incorrectos en el terreno de juego. Quizá, como se demuestra en esta noticia, hay que intervenir de otras maneras, con una «mano férrea» por parte de los clubs hacia jugadores, técnicos y público (familiares) que protagonicen acciones indeseables y poco acordes con el mundo del deporte en los partidos que acojan, con medidas disciplinarias para erradicar comportamientos que obedece a actitudes individuales de personas, impropias en el deporte formativo, y que empañan lo qué debe ser una correcta práctica del deporte-rey y todo lo que ello envuelve. Y, por supuesto, la Federación Valenciana de Fútbol y sus comités disciplinarios competentes para adoptar decisiones y sanciones que de alguna manera les «invite» a evitar hechos como los que les contamos. Hay que atajar las acciones y hechos relacionados con la violencia física y psíquica cuando sus autores sea conocidos.

Los siguientes hechos acontecidos en un partido de cadetes de Segunda Regional en la provincia de Castellón demuestran cómo en ocasiones el baremo a la hora de “castigarse” este tipo de actitudes es muy desajustado si se compara con otras decisiones más bien de carácter administrativo como puede ser la falta de la ficha de un delegado de uno de los equipos contendientes.

Ripotenis

Según el acta del partido disputado entre dos equipos Cadetes de Segunda Regional en la provincia de Castellón el pasado 11 de noviembre a la que ha tenido acceso Castellón Base, en el apartado de “Incidencias generales”, una vez concluido el encuentro, el árbitro refleja literalmente en la misma:

“De camino al vestuario un hombre que se hallaba en ese momento a dos metros del vestuario se dirige a mí en los siguientes términos: ‘Eres un hijo de puta, ya verás luego ya. ‘Te estaré fuera esperando y te vas a enterar, ya te acordarás de quién soy yo’.

Aproximadamente unos 20 minutos más tarde, me dirijo a abandonar las instalaciones y veo que ese mismo hombre se encontraba fuera mirándome de forma continua, y observo como mientras me dirijo a mi vehículo dicha persona se monta en su coche y no se va. Tras llegar a mi coche veo como dicha persona se acerca a mi coche y aún dentro de su vehículo se para y comienza a hacer fotos a mi coche y en especial a la matrícula, mientras se dirigía con estas palabras.  ‘Ahora ya sé quién eres ya, ya puedo localizarte’. ‘Vas a enterarte de quién soy yo’. Mientras me decía todo eso tuve tiempo de identificar el coche (apunta en el acta modelo y matrícula). Tras todo esto me monte en mi vehículo y abandone las instalaciones sin ningún otro percance”.

Tras conocer los hechos el equipo visitante, con el fin de desvincularse de los mismos, y después de informar a la Federación Valenciana de Fútbol a través del escrito correspondiente “con el fin de evitar una decisión salomónica en cuanto al reparto de la sanción”, el acuerdo, en relación a estas incidencias, ha sido sancionar al club local con una multa de 15 euros “por la actitud improcedente y ofensiva de un seguidor para con el árbitro que dirigió el encuentro al finalizar el partido, en virtud del artículo 123 del Código Disciplinario”. Es decir, como nos han confirmado desde un club, “es más caro no presentar una ficha de delegado que insultar a un árbitro”.