Levante UD – CD Castellón: Aficiones hermanas

No diríamos “almas gemelas” porque sonaría exagerado. Pero sí que, como granotas, encontramos cierto paralelismo entre las aficiones del CD Castellón y el Levante UD.

Al margen de los jugadores, entrenadores e incluso directivos compartidos históricamente, ambas aficiones hemos luchado contracorriente en muchas ocasiones, incluso con nuestro club al borde de la desaparición; hemos padecido el desprecio, el ninguneo del vecino todopoderoso, y, sin embargo, nos hemos levantado de nuestras cenizas y ahí seguimos, siempre remando. Ambos son los clubes más antiguos en su entorno. Sufridores, pacientes, optimistas pese a todo. Porque un equipo se mide más por su afición que por sus títulos.

Por eso siempre hemos admirado a la afición de Castalia. Ser hincha en circunstancias difíciles y llenar el estadio para nosotros es más significativo que ser seguidor de un club que siempre gana y, aun así, su afición es fría y distante, despótica, con actitud de nuevo rico.

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Lo nuestro es romanticismo puro. Remar contracorriente. Aun a riesgo de caer en la exageración, sostenemos que ambas aficiones representamos la supervivencia, la resistencia, la terquedad.

Esta temporada, por fin, los dos equipos se vuelven a cruzar tras quince años sin que el Castellón visite el Ciutat. En este cuarto de siglo solo se han enfrentado en tres ocasiones en Orriols: 2006, 2009 y 2010. La última, un 13 de junio, penúltima jornada, con un Castellón ya descendido, supuso el ascenso matemático del conjunto granota a Primera. Aquel día los caminos de ambos clubs, rivales históricos habituales, tomaron direcciones opuestas. Uno anduvo más de una década en las alturas alcanzando incluso Europa. El otro todavía padecería un descenso administrativo a Tercera donde anduvo siete temporadas de travesía en el desierto. Incluso llegó a visitar al filial del Levante. Antes, los albinegros visitaron al Levante en 21 ocasiones en categoría nacional, sumando Segunda, Segunda B y Copa. Un derbi clásico en el siglo pasado, histórico, que vuelve por la puerta grande.

Tenemos la certeza que el choque del domingo será emocionante, a pesar de la coincidencia con la Romería. Hace ya tiempo que este Castellón se volvió un equipo terrorífico, capaz de echar un trepidante pulso a cualquiera, a tumba abierta, en plan naranja mecánica. Juega al todo o nada, siempre al ataque. Quizá no combine con fatal belleza, ni golee con las manos en los bolsillos. Pero, y qué. También en sus emboscadas habita cierta forma de esplendor. El Levante, el conjunto que menos pierde de la categoría, lo padeció en el partido de ida con una derrota justa. Ahora tendrá que emplearse a fondo si quiere superar a los hombres de Plat y mantenerse en cabeza de la tabla. Larga vida al auténtico derbi de la Comunitat.

Artículo de José Martí. Editor del blog Vivencias Granotas