Lunes, 11 de mayo de 2020, no es un día cualquiera, por lo menos en Peñíscola, es el primer día de «la nueva realidad», esa en la que estamos sumidos después de casi dos meses de estar encerrados. Por fin esta mañana se escuchan subir las persianas de los negocios y podemos tomarnos un café en una terraza con algún amigo. Y todo esto es porque, en este duro partido que estamos jugando contra el maldito coronavirus, nosotros hemos conseguido marcar gol. Un gol que no ha sido casualidad, un gol porque se han hecho bien las cosas, porque el equipo ha funcionado como una máquina perfectamente engrasada, y ha sabido defenderse con disciplina en el confinamiento, y ha sabido mover bien, pero sobre todo poco, el balón en la media de la movilidad, esa movilidad que tantos no han respetado intentando venir a sus segundas residencias de la costa, y por encima de todo, ha desarrollado un potente juego agresivo en la delantera sanitaria, que ha conseguido la tan ansiada fase 1 en el departamento sanitario de Vinaròs, esa fase que nos da algo de una libertad que anhelábamos desde hace mucho. Pero al mismo tiempo, un gol con sabor agridulce, un gol de esos que no se celebran, como los que le marcas a tu ex-equipo, en aquel en el que tan bien te trataron, y al que le marcas porque es tu obligación, pero que en el fondo te duele. Y es así porque no muy lejos de aquí no podrán disfrutar de ese café, o de esa caña con espumita recién echada en la terracita al sol, con la tertulia que lleva incluida.
La capital, Castelló, no podrá levantar las persianas como mínimo hasta el próximo lunes, no han conseguido reunir los requisitos necesarios para la primera de las fases y por lo tanto no probaran las mieles del triunfo. El marcador está ahora 1-0 para Peñíscola y el departamento sanitario de Vinaròs, pero en esta ocasión todos deseamos que no tarde en llegar el empate, no es cuestión de dejarse ganar, pero tampoco de que perdamos todos. Porque este partido lo tenemos que ganar todos unidos, solo así, en equipo, remando todos a una, dando apoyos tanto en defensa como en ataque, buscando el espacio, sin aglomerar jugadores, y atacando con todas las fuerzas, venceremos. Y lo vamos a lograr, seguro, y nos llevaremos la copa de la libertad, esa libertad que tan poco valorábamos hasta ahora, y que en el futuro seguro que le daremos la importancia que en realidad tiene.
Artículo de Sergio Farré Robador. Colaborador habitual de Castellón Base
