La temporada de fútbol gallego arrancó este septiembre con una gran novedad. Diferentes equipos se acogieron a la propuesta de la Real Federación Gallega de Fútbol (RFGF) de no hacer públicos los goles de los encuentros en las categorías inferiores. El objetivo no es otro que el de fomentar la práctica de este deporte en un ambiente sano en el que se respire un clima de respeto y tolerancia, algo que por desgracia no se venía dando en las últimas campañas.

Desde hace un par de años, el fútbol base ha experimentado unos niveles de competitividad que muchos tachan como insanos. Por una parte, los deportistas desarrollan una rivalidad en el campo que en no pocas ocasiones desencadena en grandes dosis de agresividad. Desde hace tiempo se lleva alertando sobre esta conducta entre los jugadores, que muchos achacan a los videojuegos actuales y a la permisividad de los progenitores. Los llamados eSports, que contrariamente a lo que se piensa no son tan actuales, puesto que su historia comienza en la década de los 80, han revolucionado el panorama deportivo con competiciones de juegos en los que la finalidad es acabar sin miramientos con los adversarios. No todas las disciplinas siguen esta línea, pero sí las más famosas y populares como el League of Legends o el Counter Strike: Global Offensive. Otro de los que más éxito está experimentando en los últimos meses es el Fortnite, cuya premisa se basa en conseguir ser el jugador que más aguanta con vida tras ser lanzado a una isla con otros 100 competidores. Con todo, el problema no es tanto el juego en sí (hasta en las damas el objetivo es vencer a tu oponente) como la competitividad que se crea entre los que los practican y que luego se traslada a otras disciplinas en las que participan, como el fútbol.

Por otra parte, aquellos que acuden a disfrutar de los partidos como espectadores también juegan, lamentablemente, un papel importante en esta ecuación. No es la primera vez que leemos o escuchamos en los medios de comunicación que en un partido de fútbol base las gradas de los diferentes equipos se enfrentan verbalmente, llegando en los casos más extremos hasta la disputa física. Es más, esta actitud violenta se extiende también al colectivo de los árbitros que se ven obligados a lidiar cada fin de semana con insultos, amenazas y hasta agresiones contra su persona. Generalmente, son los parientes más cercanos los que acuden a ver y a animar a los jugadores, por lo que éstos están aprendiendo estas deplorables conductas de su círculo más íntimo.

Ante esta situación, que tristemente cada vez va en aumento, la RFGF propuso la temporada pasada prescindir de los goles en los encuentros de las categorías inferiores. De esta forma, en vez de hablar de tantos marcados por tal o cual equipo, el resultado se plasma a modo de quiniela: 1 (victoria para el local), X (empate) y 2 (victoria para el visitante).

La idea, que no se planteó como una imposición sino como una propuesta a la que cada equipo podía acogerse si así lo deseaba, se empezó a llevar a cabo esta temporada. Así, y tal y como recogen diferentes medios de comunicación como Verne, el Racing Club Ferrol y el Atlético Coruña ya han puesto en práctica este sistema en la publicación de los resultados de los encuentros de las categorías Alevín, Benjamín y Prebenjamin.