En septiembre comenzaba la tercera temporada del FC Odisea en el futbol regional. Tras el cambio drástico de plantilla hacia falta que el equipo y los jugadores se asentarán en una única idea de juego. Poco a poco el conjunto ha ido sobrepasando obstáculos y perfeccionando la maquinaria que hace brillar al escudo. Lo deportivo y el aspecto más organizativo se fueron puliendo para ser un club aún más profesional. Y entre idas y venidas de celebraciones y problemas, se llega a diciembre, cómo siempre, sin saber muy bien cómo. Octubre y noviembre se consumen entre la cotidianidad y lo frenético y el calendario avisa, ya comienza 2023.
Antes de ver qué depara este nuevo año conviene echar la vista atrás y escudriñar el 2022 como un detective examina la escena de un crimen: con exactitud y rigurosidad, sin pasar nada por alto. Y es en este punto donde se llega al esquema caótico que se reduce a una única idea: Resiliencia. Tras dar la cara en todos los encuentros se puede apreciar una competencia amplia para ascender, lo cual deriva en la famosa frase “no hay rival pequeño”. El FC Odisea acaba el año en sexta posición a cuatro puntos del primer equipo. Lo cual deja un escenario de película para la segunda parte de la competición.
Y cómo se afronta esta segunda parte de la liga, cómo se afronta el 2023. Pues la idea es la de siempre, nada cambia, seguir trabajando al servicio de los objetivos, ser una organización profesional y que así se refleje en el trabajo del día a día. Por ese mismo motivo se estudia con rigurosidad el 2022 para ver los errores y poder solventarnos en el 2023, de la misma manera que se hizo a comienzos de 2022, de la misma manera que se hará en enero de 2024. Los problemas seguirán apareciendo, es parte del día a día. Los problemas son lo definen la calidad de un club. Si el quebradero de cabeza viene porque la posición actual en la liga el sexto y el objetivo es disputar el play off, los problemas te hacen ser un club grande.
Entre esos problemas se encuentran las idas y venidas de jugadores. Personas que adquirieron un roll importante en el equipo y siempre quedarán en el recuerdo del club por su compromiso, ya que sin ellos no se puede entender la trayectoria. Jugadores que han supuesto una piedra angular en distintos partidos se manchan y dejan huérfano el escudo. Sin embargo, el equipo sigue porque la resiliencia que abandera este club no le permite mirar a atrás con nostalgia, solo con orgullo. Y es que es necesario, ya que un equipo que vive de su historia no deja lugar a la ambición.
El hecho de que muchos futbolistas vienen y se van es algo natural en este deporte. Sin embargo, siempre es difícil decir adiós sobre todo cuando un club nuevo crece a pasos agigantados y uno ve como componentes del grupo han vivido tantas cosas en tan poco tiempo. Desde que se confeccionó la plantilla en agosto ha habido algunos cambios, gente que ha venido a reforzar y gente que ha decidido dar más tiempo a otros proyectos de vida. Mientras tanto el objetivo de cada semana sigue siendo los tres puntos en el pitido final del encuentro.