La RFEF aprueba su Protocolo de Protección de la Infancia y la Adolescencia

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) acaba de presentar su primer Protocolo de protección de la infancia y la adolescencia. La junta directiva presidida por Luis Rubiales ha aprobado, en su última sesión, un texto que quiere convertir el fútbol en un espacio seguro para cualquier menor que pueda estar en riesgo de violencia de todo tipo; y dotar de herramientas para una respuesta adecuada en el caso de que dicha violencia se produzca.

El protocolo pretende concienciar, prevenir riesgos, formar a los profesionales de la RFEF en contacto con menores y dar respuestas adecuadas a cualquier situación que pudiera producirse.

La coordinación con terceros y los mecanismos para el seguimiento y la evaluación de la puesta en marcha de estas medidas se recogen también en este extenso protocolo. Entre otras cosas se establece que se designará una persona como Delegado/a de protección, así como un comité especializado.

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Como el propio texto señala, con todo ello se trata de crear espacios seguros en los que los menores puedan disfrutar de la práctica del fútbol, dando a conocer y potenciar la salvaguardia de niñas y niños en el ámbito de actuación de la RFEF. Esta institución lleva meses trabajando en el texto ahora presentado porque, como explica Elvira Andrés, su vicepresidenta, “prevenir la violencia contra la infancia y proteger a los menores de edad y adolescentes es tarea de todos y todas”.

El protocolo, al detalle

Los objetivos que se marca el protocolo incluyen el velar por el cumplimiento de los derechos de la infancia que participa en las actividades de la RFEF y minimizar situaciones de riesgo. Para ello, se establecen también la misión de constituir un comité que garantice la implementación, seguimiento, monitoreo y evaluación de las medidas; y elaborar un plan de formación dirigido al personal de la RFEF.

El protocolo parte de la definición de diferentes realidades y formas de violencia generales contra menores, como el abuso sexual, el acoso, el acoso sexual, el ciberbullying o el grooming; pero también aborda otras más concretas y específicas del mundo del deporte. Es el caso del denominado “abuso físico por negligencia”: una forma de violencia que consiste en llevar a cabo prácticas como entrenar en condiciones climáticas extremas sin el uso del equipamiento adecuado, u obligar a la persona menor de edad a competir en estado de enfermedad o lesivo.

Se establecen en el texto las funciones, obligaciones y responsabilidades de la figura del Delegado de protección, que será responsable de asesorar a los profesionales de la RFEF y liderar la estrategia de protección, implantando un sistema adecuado de monitorización de riesgos, entre otras cuestiones.

Igualmente, el protocolo recoge todo lo relativo a la formación de sus profesionales, el procedimiento de denuncia y resolución de casos o el funcionamiento del canal de denuncias.

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