¿Qué deja de ingresar el FC Barcelona sin jugar la final de la Champions?

Pasan los días, pero en las oficinas del Camp Nou no dejan de darle vueltas al mismo nombre: Davide Frattesi. Y no es porque haya firmado por el Barça ni porque se haya convertido en el fichaje sorpresa del verano, sino por su gol en la prórroga que rompió todas las bet deportivas y mandó al Barça fuera de la Champions. Una jugada que supuso una eliminación dolorosa… y un varapalo económico para un club que, precisamente, no anda sobrado de liquidez.

Una Champions rentable… hasta cierto punto

A pesar del desenlace tan amargo en Milán, el Barça puede presumir de haber hecho una muy buena Champions desde el punto de vista económico. El simple hecho de participar ya dejó 18,6 millones de euros en la caja. A eso se le suman los premios por victorias y empates en la fase de liga, que elevaron el montante en otros 13,3 millones, además de los 13 millones por clasificarse a octavos (gracias a los 11 por el pase y 2 más por hacerlo desde el playoff). Y como las cosas no se quedaron ahí, el equipo siguió avanzando rondas, ingresando 12,5 millones por los cuartos y otros 15 millones al meterse en semifinales.

Pero el dinero no solo llega por competir: también importa cómo terminas. Por su segundo puesto en la fase de liga, el Barça recibió más de 10,4 millones por el famoso sistema de “shares” de la UEFA, que premia el rendimiento global. En total, la participación en esta Champions ha significado un ingreso aproximado de 83 millones de euros. Nada mal, si uno mira hacia atrás y recuerda los batacazos recientes.

stopa al foc

La final que se escapó… y la lluvia de euros que no llegó

La historia pudo haber sido muy distinta. Si el pronóstico que apuntaban las apuestas Champions League de Betfair se hubiera cumplido, el Barça habría jugado la final del 31 de mayo en Múnich, con la posibilidad de añadir varios millones más a sus arcas. Solo por llegar a la final, los clubes se llevan 18,5 millones. Ganarla eleva la cifra a 25 millones, a lo que hay que añadir otros 4 millones por participar en la Supercopa de Europa.

Pero la verdadera mina de oro estaba más allá del corto plazo. Levantar la Champions habría abierto la puerta a competiciones como la Copa Intercontinental, con premios de hasta 5 millones y, sobre todo, al nuevo Mundial de Clubes de 2029, para el que el campeón de Europa se clasifica directamente. Solo por participar en ese torneo, el Barça habría recibido unos 50 millones, sin contar los incentivos por rendimiento.

¿Y ahora qué?

Con el Inter y el PSG listos para disputar la final y el Barça obligado a mirar desde casa, llega inevitablemente el momento de la reflexión. En el fútbol moderno ya no se trata únicamente de levantar trofeos o hacer un buen papel: cada gol encajado y cada error en el área puede traducirse en millones de euros perdidos.

El proyecto de Hansi Flick ha dejado buenas sensaciones. El equipo ha demostrado que puede competir de tú a tú con los grandes de Europa y que ha recuperado parte del espíritu competitivo que parecía extraviado. Sin embargo, también ha quedado claro que aún le falta ese punto de madurez y sangre fría para cerrar partidos clave, esos que no solo dan gloria deportiva, sino también estabilidad económica.