Torneos de fútbol base: Mucho más que un partido de la liga

Juan Ángel Martínez / Alcalá de Xivert

El viernes tuvo lugar en Alcalà de Xivert el IX torneo Lo Campanar. 12 equipos de alevines de primer y segundo año compitiendo de forma amistosa en una soleada mañana de viernes santo. El balón echó a rodar a partir de las 09:00 h y los niños comenzaban a disfrutar de un bonito evento futbolístico. 4 grupos de 3 equipos. Tan solo el primero de cada grupo accedía a la semifinal, por lo que habría 2 semifinales, un partido por el tercer y cuarto puesto y una final. C.F. Benjcarló B.F, C.F. Rafalafena “E” y Alqueries C.F. competirían en el grupo A; Sporting de Castelló, C.F. U.E. Ripolles y C.F. Alcalà “B”, como anfitrión del torneo, lo harían en el grupo B; C.F. Nuevos Salesianos, C.F. Rafalafena “C” y C.D. Segorbe en el grupo C; y C.F. At. Baix Maestrat, C.D. San Lorenzo y U.D. Paterna en el  D.

Si bien es cierto que en un torneo con tanto nivel el fútbol es el auténtico protagonista, en ocasiones el ambiente que se genera se sitúa en primer plano. Padres, madres y familiares varios  acompañaban a sus hijos y veían de cerca una competición de este calibre. «Para los niños que están aprendiendo a jugar a fútbol, esto es una maravilla», decía orgulloso el padre del portero del C.F. Ripollés. «Estos torneos amistosos no solo fomentan el deporte, sino también la amistad entre compañeros». La ilusión de los allí presentes era tal que este mismo padre aseguraba que no le importara en absoluto tener la mañana de viernes santo ocupada ya que los niños solo quieren jugar al fútbol, y eso es lo que realmente importa.

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El técnico del Sporting de Castelló también estaba cómodo con la iniciativa del C.F. Alcalà. «Me parece una muy buena idea. Das a conocer a otros equipos, ya no solo de Castelló sino también de Valencia. Equipos desconocidos para nosotros porque nunca nos hemos enfrentado a ellos, con lo que eso conlleva», explica Aitor. Por otro lado, al tratarse de un torneo amistoso podría considerarse una falta de motivación por parte de los futbolistas, algo muy habitual en los deportistas. Sin embargo, no fue el caso: «veo a los jugadores muy motivados. Un torneo así siempre es ilusionante, y más aun si se puede alzar un trofeo».

A sabiendas del nivel de concentración y de la óptima actitud de los jugadores, gestionar las emociones en momentos difíciles es clave para el cuerpo técnico de cualquier equipo. Sobre todo teniendo en cuenta la edad de los participantes. «Al final el fútbol es venir, divertirse, jugar y hacer lo que se pueda. Si no se consigue no pasa nada. El fútbol sigue y toca competir en liga», comenta.

El torneo terminó con Benicarló B.F, C.F. Alcalà, C.F. Rafalafena y U.D. Paterna en semifinales. Los benicarlandos y los anfitriones llegaron a una final que se decidió en la tanda de penalties y que se acabó llevando el C.F. Alcalà. Una bonita experiencia delante de su público, en su casa. No obstante, es importante recalcar la labor de las personas que organizaron y prepararon el torneo. Alejandro Albella, miembro de la organización, sonreía al hablar del torneo como el que presume de su hijo recién nacido. «La actitud de los niños ha sido ejemplar. Los equipos que descansaban apoyaban a otros conjuntos y eso al final potencia la competitividad sana y el buen rollo. Algo trascendental en torneos como este», detalla.

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