Tres cuartas partes de vida como albinegros

Nacidos en 2007 y cumpliendo su primer año como jugadores en la Etapa Infantil, a los 12 años, tres cuartas partes de su vida vinculadas al CD Castellón. Aarón Solá, Víctor Mut, Marcos González, Jorge González y Daniel Moros han sobrevivido a todo tipo de penurias en la cantera del CD Castellón cuando, incluso,el club estuvo a punto de no inscribir equipo Prebenjamín después de muchos años. Finalmente los cuatro primeros, que procedían de la Escoleta (dos años Aarón y Víctor, un año Marcos y Jorge), junto a Asier Marín, que no está en el club, además del citado Moros, conformaron la plantilla de un Prebenjamín que mayoritariamente de primer año compitió en el grupo más duro, el de los «A, de segundo año. El resultado se lo pueden imaginar.

Pese a ello, estos cinco jugadores y sus compañeros lucían la elástica albinegra defendiendo sus colores por toda la provincia. Una primera temporada complicada que sirvió para ir recogiendo a la siguiente los frutos de un bloque cada vez más consolidado que tuvo como hito principal la consecución de la Yellow Cup en segundo año de Prebenjamín con Gabriel Carrascal como entrenador ante todo un Villarreal CF formado por jugadores seleccionados. Poco a poco iban incorporándose nuevos jugadores para dar un salto cualitativo que tuvo como colofón el título logrado en Benjamín segundo año con Jahvé Fernández como entrenador.

La propia selección interna ha conllevado que estos cinco jugadores ya no estén en el mismo equipo pero siguen compartiendo la misma ilusión que aquel día en el que empezaron a jugar en el Colegio Herrero de Castellón hace ahora nueve años. La pasada semana estos cinco mosqueteros recibieron el homenaje del club en el templo albinegro, en  el Estadio Castalia, por haber cumplido sus seis años de formación en el Fútbol 8 con la treintena de equipos que conforman la Fundació Albinegra como testigos del reconocimiento por parte del público, jugadores de la primera plantilla y directiva con su presidente, Vicente Montesinos, a la cabeza. Otros tiempos, sin lugar a duda, para la cantera albinegra. Entonces eran menos jugadores que los dedos de una mano, ahora se cuentan por centenares. Y es que con ellos, por vez primera en muchos años, el CD Castellón pudo competir en todas las categorías de Fútbol 8 pese a la situación agonizante del club y aún peor la de su cantera, todavía en Facsa, con campos de césped natural convertidos en mares de matojos. Poco a poco la situación va revirtiéndose a falta de la tan anhelada y necesaria Ciudad Deportiva para recobrar el «espíritu del Bovalar», verdadero ADN albinegro. Y es que sin un hogar propio, es complicado hacer familia.

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