Un equipo del CD Castellón “pone a prueba” a un árbitro

En los cientos de partidos de fútbol base que se juegan en la Comunitat Valenciana un fin de semana siempre hay alguna noticia reseñable, en la mayoria de los casos suelen ser malas, problemas con los jugadores o con los padres, que finalizan con agresiones verbales o físicas.

Sin embargo, lo poco noticiable, aunque también es habitual, es el correcto comportamiento de niños, entrenadores y padres, todos a una en la formación de los niños que intervienen en un partidos de fútbol, incluido el árbitro.

Así ocurrió el pasado sábado en un partido de Lliga Autonòmica Aleví, entre el Fundació VCF y CD Castellón. Antes del comienzo del partido el delegado arbitral informó a los entrenadores de que el árbitro era un niño en formación que pitaba su tercer partido. Los entrenadores informaron a los niños sin darle tampoco mayor importancia.

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Puede ser que un partido de Lliga Autonòmica Aleví no sea lo mejor para comenzar a pitar, niños ya muy grandes, pocos espacios, juego muy rápido y físico, con muchos contactos y con algunos niños que ya saben más de la cuenta.

Tras las primeras jugadas del partido se notó que el árbitro estaba en fase de aprendizaje, no tenía la facilidad de tomar decisiones instantáneas, dada la intensidad del juego y la rápidez de las acciones del juego, era su tercer partido.

Los entrenadores de ambos equipos indicaron a sus propios jugadores que ayudarán al árbitro, siendo honestos, para que el niño árbitro también puediera aprender y formarse.

La reacción de los jugadores del Fundació VCF y CD Castellón fue genial, muy madura, indicando al colegiado en caso de duda hacía quién era el saque de banda o el córner en las jugadas dudosas. Incluso un posible penalty, dentro o fuera del área, quedó en falta por la recomendación de los jugadores, ayudando al niño que arbitraba el partido.

Todos, jugadores, entrenadores y padres de los dos equipos, todos pusieron de su parte, no solo estaba en juego el partido de fútbol, sino también la formación de todos los niños, en este caso también la del árbitro, un deportista más dentro del campo del fútbol.

El partido finalizó con normalidad, el resultado en este caso es lo de menos, tanto entrenadores, como padres, quedaron encantados por la actitud de los jugadores que ayudaron a aprender a otro niño, el árbitro. No nos olvidemos, sin ellos no habría fútbol.