Nacido en Castellón en 1979, Víctor Zandalinas, coordinador deportivo del Sporting de Castelló, aunque pasó su infancia y gran parte de su juventud, en Els Ports, en concreto, en Villafranca del Cid. Allí y desde bien pequeñito, y con la ayuda de su padre, también muy futbolero y entrenador, estuvo ligado siempre al fútbol. Posteriormente y ya con 16 años pasaría a jugar en el equipo juvenil del pueblo, ya que no había opciones para jugar federado en edades más tempranas. Finalizó muy pronto su etapa como futbolista a los 20 años.
En ese momento se dió cuenta de que su faceta de jugador no tenía mucho futuro, y sin querer dejar de estar ligado al club, decidió ponerse a entrenar y empezar a formarse para poder prosperar y ser un buen entrenador del Equipo amateur del Villafranca C.F.
Trabajó durante años en la empresa Marie Claire, compaginándolo con los entrenamientos de los pequeños del pueblo y estudiando para sacarse el título de entrenador. Llegó incluso a fundar un club comarcal, Els Ports F.C., junto a otras dos personas de la zona para que los jóvenes futbolistas pudieran competir.
Años más tarde se instaló en la capital, para trabajar en el sector postal. Siempre ha perseguido su pasión por entrenar y formar a los peques y no tan peques de la zona. Ha entrenando en diferentes clubes y canteras de la provincia, como el CD Castellón, Villarreal C.F., Almazora, Primer Toque y San Pedro.
- ¿Cuál es tu relación con el fútbol? ¿Cómo empezaste?
Mi relación con el fútbol ha estado siempre presente desde muy pequeñito. Cualquier juego, cualquier momento de mis ratos libres tenía relación con él. Siempre recordaré el juego de las chapas recortando las cabezas de los jugadores de los cromos y poniéndoles plastilina, dependiendo la corpulencia del jugador. Tenía todos los jugadores de la liga española, uno por uno. Pasé muchas horas arrodillado jugando a este juego. En definitiva, era y soy un apasionado de este maravilloso deporte.
He tocado todos los palos posibles dentro de un club de fútbol: directivo, jugador, 2º entrenador, delegado, analista, fundador y ahora el que me faltaba, coordinador deportivo.
Mi faceta como entrenador empezó en fútbol-sala, en las competiciones interescolares de los pueblos. Siendo conserje del polideportivo municipal y sabiendo de mi gran afición al balón, me propusieron entrenar a un equipo de benjamines. Evidentemente, tardé milésimas de segundo en decir un «sí» mayúsculo. Era la ilusión de mi vida y el tren no lo podía dejar pasar.
El comienzo fue muy intenso y positivo, clasificándonos para la fase final, generando una llama en mí de esperanza para poder seguir ligado al fútbol en un futuro. Seguí con el convencimiento y la idea de ser entrenador de fútbol. Hice todo lo posible para llevar el fútbol de base a la comarca, y para poder hacer lo que me gusta cerca de casa.
A los pocos años, me di cuenta que necesitaba más, me propuse sacarme los niveles del carnet de entrenador y avanzar en mi camino para poder vivir experiencias diferentes que no podían ser posibles en un pueblo de interior como el mio.
Entonces, busqué trabajo en Castellón, para así seguir mi camino hasta el día de hoy.
- Ahora eres el coordinador deportivo del Sporting, ¿Echas de
menos ser entrenador?
Pues sinceramente sí. A los que nos gusta y nos apasiona este deporte sabemos que el verde y el estar cerca del jugador es lo que nos llena. Ahora tengo otras funciones, de guiar, aconsejar y serles un facilitador a los que están empezando como entrenadores. Eso también me motiva, pero claramente, con el paso de los meses, añoro el día a día de los entrenamientos: el tener el partido en la cabeza, los peligros del rival, dónde podemos hacerles daño, hablar con un jugador, preparar vídeos para motivar al grupo…
Ahora con mi faceta de coordinador, aprovecho para ver las cosas desde otra prespectiva diferente, que también me vale para nutrirme y para ganar experiencia como entrenador, lo que me considero realmente.
Intento mantenerme ligado al juego, al terreno de juego, con las formaciones a los técnicos y en las prácticas que vamos realizando durante la temporada. El juego, la interpretación del mismo, el diálogo, las diferencias a la hora de implementar el método a seguir… son ahora las motivaciones que me hacen ir hacia delante para mejorar y hacer crecer a nuestro club.
- Háblanos de la metodología deportiva, ¿Has tenido que realizar muchos
cambios en ese sentido?
Uno de los motivos por los cuales los responsables de este club buscaron ir de la mano de la Fundació Albinegra fue buscar ayuda para darle una vuelta y ponerle orden a esas premisas y mejoras en el método del día a día del entrenamiento. En nuestro primer año, Sergio y yo, aterrizamos en el club con la idea de ver y analizar qué cosas se debían cambiar, qué tipo de club eramos y hasta donde podíamos llegar.
En el trayecto nos dimos cuenta de que había que mejorar muchas cosas, sobretodo a nivel metodológico, donde la falta de experiencia de la gran mayoría de entrenadores hacía que los entrenamientos no tuviesen una idea ni un rumbo claro. Por lo tanto, empezamos a ofrecerles formaciones y charlas con la idea de mostrarles cuál era el camino correcto y el por qué de ese cambio.
Pasito a pasito hemos ido mejorando, siendo este año importante por el gran cambio, instaurando objetivos por etapas, y unos objetivos comunes del club, con la idea de hacernos mejores competidores sin perder la esencia de ser el Sporting, un club familiar y de barrio.
- ¿Cuál es tu valoración del trabajo realizado en estos meses atrás?
A día de hoy tanto coordinadores deportivos como responsables del club estamos encantados con la progresión que está llevando la entidad en la formación, y sobre todo, en la atención y servicios que les estamos ofreciendo a nuestras familias. Además hemos agregado a técnicos jóvenes, con mucha ganas e ilusión por mejorar y poner su granito de arena, asegurándonos futuro y una imagen de club formador de formadores. Por otro lado hemos innovado y mejorado nuestros recursos con Gesdep a la hora de tener un mejor control de todos los aspectos del club y con la cámara Veo que nos ha hecho dar un salto de calidad de servicios a las familias y a nuestros entrenadores espectacular. Y por último, la unión con la Fundació Albinegra y la mejora de imagen como escuela formativa, ha hecho que muchos jugadores tanto de otros equipos como de la calle hayan querido venir a formar parte de nosotros, haciéndonos más potentes y competitivos en nuestras ligas.
- ¿Qué queda por conseguir?
Pues personalmente pienso que no estamos tan lejos de lo que queríamos. A nivel metodológico, debemos tener paciencia, cuidar y formar a los técnicos jóvenes que nos van a asegurar el futuro y reforzar las bases que se han instaurado. Consolidar lo trabajado hasta ahora, haciéndo que el club siga la evolución de estas dos últimas temporadas, aunque las personas cambien.
A nivel competitivo, es evidente que si trabajamos bien, y hacemos las cosas con ilusión y con orden como hasta ahora, los frutos llegarán. Equipos subiendo de categoría, jugadores de mayor nivel y padres con ganas de aportar y ayudar en el funcionamiento del club. Al final es todo una cadena. Si trabajas bien, se hablará bien de ti, querrá venir gente de mayor nivel, y los equipos subirán su nivel competitivo.
En definitiva, y lo que queremos, es tener el sello de club formador, priorizar la transmisión de valores, y hacer partícipes de todo este proceso a todos los jugadores del club sea cual sea el nivel y la condición de cada niño y niña. Para nosotros el ganar no es un objetivo, es una consecuencia.
- ¿Qué valores son los que mejor definen la filosofía del Sporting de Castelló?
Cuando llegué el año pasado al club, lo que más me llamó la atención es la buena sintonía y ambiente tan familiar que se respira. Es algo que no debemos perder, la esencia de lo que siempre ha sido este club. Humildad, jugadores del barrio, padres entrenando… Por lo tanto, para no salirnos de lo que ha sido este club debemos instaurar valores que sean compatibles a todo esto.
Los valores que mayor encajan en este club son humildad, superación, trabajo y cercanía. Tenemos claro que lo más importante es que el jugador de nuestro club vivencie el jugar, entienda el juego y con el paso de los años sea mejor jugador y sobretodo mejor persona.
Debemos tener claro que los futbolistas no dejan de ser niños, y debemos sacarlos del estrés por ganar y la competición. Tienen que disfrutar, sentirse importantes y partícipes del trabajo diario del equipo.
Nuestro deseo solamente es que cada componente de nuestro club esté contento y valorado, tanto jugadores como entrenadores.
- ¿Qué mensaje le mandas a todos esos jugadores y jugadoras del Sporting para esta temporada?
Pues lo primero que les diría es «gracias». Gracias por hacerme partícipe y responsable de la metodología y coordinación de su club.
Gracias por abrirme los brazos y ofrecerme facilidades para trabajar e instaurar lo que teníamos pensado desde un principio.
He encontrado mucha aceptación y gente dispuesta a seguir el camino que les hemos marcado, creyendo en él y haciéndolo propio. Tenemos entrenadores que son padres, que están por sus hijos, pero que a su vez, han entendido que si quieren estar, deben evolucionar, cambiar el chip y progresar para que el club tenga una dinámica ascendente y positiva. Otros llenos de juventud y ganas para progresar en un futuro y con la ilusión, como yo la tuve en su día, de poder entrenar a otros equipos más importantes de la provincia.
Y luego de los jugadores, solo puedo decir que es impresionante el grado de esfuerzo y de superación que tenemos en nuestros equipos. Somos humildes, y sabemos nuestro nivel, pero en ganas e ilusión somos inmejorables.
Y por último decirles a todos que estamos en el camino correcto, que con paciencia y manteniendo el trabajo actual, al final llegarán los frutos, tanto a nivel individual como colectivo.
Esta entrevista ha sido extraída de la web del Sporting Castelló.
