El año comienza con noticias de toda índole en España y relacionadas con el fútbol base. Así hemos sabido que Sergio, jugador del benjamín A del ‘Mijas Las Lagunas’ ha tenido un gran detalle con un árbitro, después de que este le expulsara del partido por llamarle «tonto». El jugador de 9 años le escribió una carta para disculparse por el gesto que tuvo.
Por último, acabó disculpándose con el árbitro: «Te pido perdón Ignacio por lo ocurrido. No me volverá a pasar en ningún partido y espero que aceptes mis disculpas». Sergio fue sancionado con 3 partidos sin poder jugar por el error que cometió.
En la parte negativa hemos conocido la sanción de 25 partidos sin jugar al fútbol a un niño de 10 años, integrante del alevín C del equipo valenciano de fútbol 8 del Atlètic Vallbonense por «agredir al árbitro, precisando éste asistencia médica» en el encuentro disputado el 8 de diciembre del pasado año que enfrentó a su equipo con el Ciutat de València E en el campeonato del grupo 4 de Valencia de la categoría. Los hechos se produjeron en los vestuarios una vez finalizado el encuentro y el colegiado también era menor, apenas unos pocos años mayor que el jugador en cuestión. La noticia es publicada por eldiario.es y recogemos literalmente.
Al jugador se le ha aplicado el artículo 110 (Agresión contra árbitros, delegados de equipo y campo, delegados federativos, directivos o autoridades deportivas) en su apartado 1 (el que agrediese al árbitro principal, a los asistentes, cuarto árbitro…), subapartado b: «Privación de licencia, inhabilitación o suspensión por tiempo de siete a doce meses o de veinticinco a cuarenta y ocho partidos, si el ofendido precisara asistencia sanitaria», del Código disciplinario de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana.
Desde la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana reconocen que se trata de una sanción histórica, «sin precedentes» en estas categorías, aunque puntualizan que se le ha aplicado al niño el rango menor de la horquilla prevista por el código disciplinario. Así, recuerdan que ha habido alguna sanción a jugadores de fútbol base por agresión a un árbitro, «aunque se ha tratado de empujones y siempre dentro del campo. En este caso se da el agravante de que los hechos se produjeron en el vestuario del árbitro y que había dentro un adulto que intentó ocultar el número del jugador para evitar que fuera identificado».
Desde el entorno del jugador consideran que la sanción es excesiva, tratándose de un niño -no va a poder volver a jugar hasta bien entrada la próxima temporada-, y entienden que la agresión no fue tan grave y que hubo empujones entre los dos después de un partido que había resultado muy bronco y con decisiones disciplinarias, en su opinión, controvertidas por parte del colegiado. «El árbitro presentó una denuncia y un parte de lesiones, en el que aseguraba que sufrió una contusión mandibular, para que el castigo fuera todavía mayor», aseguran y lamentan que el comité de competición diera por «probadas» las incidencias recogidas en el acta sin que se haya tenido en cuenta las alegaciones presentadas ni la carta redactada por el jugador pidiendo disculpas: «No era consciente de la repercusión de sus actos».