Sergio Farre / Peñíscola
Todos sabemos que hay personajes famosos que somos capaces de reconocer con tan solo una frase o un gesto, sobre todo cuando hablamos de personas con una popularidad mayúscula. A cualquiera que lea la frase «y lo sabes», o vea el gesto de ponerse la mano izquierda sobre el estómago mientras se hace el ademán de cantar con la derecha, se le viene a la cabeza una imagen característica de uno, por no decir el más, de los más conocidos cantantes tanto dentro de nuestras fronteras como fuera. Y sí a estas alturas todavía hay alguien que no sabe de quién estamos hablando, se trata de Julio Iglesias, un artista que no siempre fue artista.
No serán pocos los que conozcan su historia y, por lo tanto, sus antecedentes deportivos nada desdeñables puesto que era uno de los más destacados guardametas de la cantera del Real Madrid CF, hasta que un desgraciado, o no, accidente nos privó de conocer a un tal vez buen portero de fútbol pero nos brindó la oportunidad de conocer lo que ha sido después en el mundo de la música. Hasta aquí nada nuevo. Lo que quizá no tanta gente sepa es que unos pocos privilegiados castellonenses pudieron disfrutar de sus dotes futbolísticas, concretamente unos pocos peñiscolanos.
En los albores del boom turístico del levante español allá por finales de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado, un joven Julio Iglesias con apenas la mayoría de edad jugaba a fútbol en la arena de la playa cuando ni siquiera existía club de futbol en «La Roqueta». Tampoco muchos sabrán que en la «Ciudad en el mar» el joven Julio escribió sus primeras canciones. A los 21 años, Julio escogió Peñíscola para recuperarse de su grave lesión de columna en su afán por volver a los terrenos de juego tras el accidente que lo apartó de ellos, y fue justamente en esa época cuando recibió la visita de las musas que lo invitaron a escribir en un ejercicio que ya jamás abandonaría y que le llevaría a convertirse en uno de los artistas más célebres del planeta. Los peñiscolanos pueden decir orgullosos que su ciudad vio nacer a una gran estrella a través del fútbol. Y para muestra, un botón, y es que alguien tuvo la brillante idea de inmortalizar uno de esos momentos cerca de la playa sur, donde en aquel entonces se acostumbraba a jugar al deporte rey, para que llegara hasta nuestros días una imagen impagable de este gran cantante formando parte de un equipo en el que se puede ver acompañado a Julio a Enrique, Alfredo, Agustín, Batiste, Jesús (padre del actual presidente de la ACD Peñíscola), Jaime, Antonio, Vicente, Benito y Raimundo.
Estamos seguros de que el gran Julio Iglesias guardará en su recuerdo aquellas tardes de verano y fútbol en Peñíscola dónde además empezó su grandísima carrera artística así como los lugareños lo guardan con gran ternura y orgullo.
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EN PIE: De izquierda a derecha: Julio Igleisas, Enrique, Alfredo, Agustín, Batiste y Jesús. Agachados de izquierda a derecha: Jaime, Antonio, Vicente, Benito y Raimundo.
