La Liga Promises no debe ser una «nueva Kings League»

Durante estos días se han dado a conocer la relación de los jugadores profesionales o ex-profesionales que acompañaran a los equipos alevines de los clubes de LaLiga en la XXX edición del torneo Nacional de LaLiga Promises.

En principio, una bonita iniciativa por parte de la organización para aunar a los jugadores adultos/profesionales que tuvieron su momento de disfrute y protagonismo durante alguna de las ediciones anteriores de LaLiga Promises, con los niños del club en el que jugaron como profesional.

Por ejemplo en el caso del Valencia CF, se juntarán los hermanos Mosquera. El mayor Cristhian ya ha debutado con el primer equipo y el pequeño, Yulian, jugará este año el mejor torneo de fútbol alevín a nivel nacional.

Deporte Base

En un principio desde Castellón Base entendíamos que el rol del jugador profesional sería como acompañante, como abanderado o cualquier figura representativa fuera del terreno de juego. Pero no, según se indica en la normativa del torneo y según han anunciado algunos de los clubs, el jugador adulto/profesional podrá jugar minutos en los partidos. Y lo que no queremos es que la Liga Promises, el torneo por excelencia del fútbol base español, se convierta con estos aditivos en una especie de Kings League.

Esto dice al respecto la normativa, «El jugador adulto/profesional solamente podrá jugar, como máximo, los cinco (5) primeros minutos de cada tiempo, independientemente de la duración del partido«

El jugador adulto/profesional podrá jugar 10 minutos de los 24 minutos que puede jugar un jugador, un 41%.

Realmente es necesario esta variación en la normativa, los aficionados que vemos este torneo no necesitamos este tipo de atractivos para captar nuestra atención, al revés, los espectadores vemos el torneo para descubrir a las promesas del fútbol español, a ver si sale un nuevo Iniesta, un nuevo Soler, o tan solo y simplemente queremos disfrutar del fútbol de los niños.

Poco aporta la aparición de este jugador adulto/profesional, le restará minutos a un niño de 12 años que lleva años soñando con poder jugar el torneo, toda la temporada preparándose y esperando su gran momento de poder jugar la Promises.

Los mayores ya tuvieron su momento, ahora es el momento de Yulian y sus compañeros.

Esperemos que los entrenadores pongan un poco de cordura y hagan un uso testimonial de esta normativa y los jugadores adultos/profesionales sean unos grandes acompañantes que hagan más maravilloso el sueño de los niños de su equipo.

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