Ocho canteranos han debutado esta temporada en Segunda A con el Villarreal CF B

Un total de 25 jornadas son las que ha tenido que esperar Rubén Gómez para debutar esta temporada en LALIGA Hypermotion, es decir, en el fútbol profesional. El guardameta de Alzira defendió la portería del Villarreal B por primera vez en partido oficial el pasado sábado en Miranda de Ebro. Y, aunque el resultado no fue positivo para los intereses groguets, Rubén fue el último de los canteranos groguets en dinámica del filial (sin contar al lesionado de larga duración Jordi Ortega) en cumplir su sueño: debutar en el fútbol profesional.

Si excluimos a los fichajes de la presente campaña para el Mini Submarino, hasta siete canteranos habían debutado en LALIGA a las órdenes de Miguel Álvarez en la 23/24, siendo Rubén Gómez el octavo. José Manuel Cabrera ‘Lanchi’, Antonio Espigares, Marcos Sánchez y el juvenil Pau Navarro en defensa; Aitor Gelardo y Dani Requena en a medular y Víctor Moreno como extremo, también de edad juvenil, habían sido los agraciados en este aspecto hasta el momento.

Deporte Base

Cabe destacar que el 50% de los futbolistas que han debutado esta temporada en la categoría de plata son valencianos; dos de ellos, de la provincia de Castellón, como son Marcos Sánchez (Vila-real) y Pau Navarro (La Vilavella). El joven guardameta, de 22 años recién cumplidos, representa a Alzira en esta estadística a la que también se suma Aitor Gelardo (Catral).

Un debut merecido

El bueno de Rubén Gómez compite por un puesto en la portería del filial amarillo con otros dos guardametas de primer nivel, como son el internacional por Andorra Iker Álvarez y el recién llegado a Miralcamp Miguel Ángel Morro, internacional en todas las categorías inferiores de la Selección Española. Aquellos que mejor conocen a Rubén y que tienen contacto a diario con él en la Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza, como son sus propios compañeros, Miguel Álvarez o el entrenador de porteros Mariano Barbosa saben que el de Alzira siempre entrena con una energía y un positivismo dignos de admiración que han tenido su recompensa de cumplir ese sueño de un niño que un día decidió ponerse unos guantes de portero en las calles de su localidad natal y que hoy disfruta de la misma pasión a nivel profesional.