Los deportes electrónicos son, tal vez, el espectáculo deportivo en la actualidad con mayor proyección de las últimas décadas. En unos 6 años, prácticamente, ha doblado la audiencia, pasando de 280 millones de espectadores anuales a cerca de 530 millones. Los ingresos, derivados en la mayor parte de la publicidad, también se han disparado, superando los 1.300 millones de dólares por año. Las marcas se están centrando en este nicho de mercado y, hoy, patrocinan las principales ligas o de sponsors de algunos de los equipos destacados; hablamos de marcas de primer nivel, como Banco Santander, Orange, Movistar, Red Bull y tantas otras.
El hecho de tratarse de competiciones deportivas, aún siendo virtuales, le confiere una naturaleza especial. Requiere soportar la presión mediática y la del público, estar adecuadamente entrenados, gestionar los egos y el talento, saber trabajar en equipo y tantas otras variables propias de este mundo competitivo. De esto saben los deportistas profesionales y, más concretamente, los futbolistas de élite. Estén en activo o no. Es por ello que representan un gran perfil para aportar experiencia y, por qué no (gracias a su patrocinio conseguido con su carrera), recursos financieros al construir equipos para los eSports.
Por ello, estamos viendo un sensible número de futbolistas y ex futbolistas que se involucran en este tipo de proyectos. Claro que, también influye, y mucho, las posibilidades que implica sumarse al núcleo de los deportes electrónicos a nivel económico. Esta es una oportunidad, un tren que muchos no quieren dejar escapar. De hecho, algunos futbolistas han creado equipos auténticamente competitivos; de los más destacados de este panorama. Pensemos, por ejemplo, en Sergio Agüero y KRÜ Esports. O Gerard Piqué (junto a Ibai Llanos) on KOI.
Alto nivel competitivo
Precisamente, el equipo de Piqué e Ibai destaca en uno de los juegos estrella de los eSports: League of Legends, que estos días ha celebrado su gran torneo, el LOL Worlds 2023. Una vez más, este evento ha conseguido un increíble seguimiento, superando el del año anterior (que lo coronó como el acontecimiento de eSports más visto del 2022) y con una gran afluencia a los portales de pronósticos, dada su relevancia en el ecosistema de LOL y de los deportes electrónicos. Este certamen ha llegado a superar los 6 millones de pico de audiencia; algo inédito en la historia de estas competiciones.
El Kun, por su parte, dirige la marca KRÜ que está manteniéndose fuerte en Valorant o Rocket League (y, antes, con FIFA). Para sumar capacidad e imagen, Agüero ha añadido a su proyecto a Lionel Messi, tal vez el atleta (a día de hoy) más popular del mundo. Los representantes argentinos del fútbol (toda una religión en este país) han abrazado con entusiasmo este ecosistema y sus posibilidades. Además, de Messi y Agüero, también Verón o Aimar han creado sus propios equipos.
Pero los eSports no son patrimonio de los argentinos. Además de Piqué, en España encontramos a Azpilicueta o De Gea. También podemos hallar otros nombres propios de diferentes nacionalidades, como Casemiro, Laporte o Beckham. Y la lista sigue con diversos atletas de diferentes disciplinas, como ex jugadores de la NBA u otros ex deportistas de élite. Por supuesto, los clubes no son ajenos a este fenómeno. Algunos de los principales equipos de Europa tienen su propia escuadra para competir en los eSports, como el FC Barcelona, el Valencia CF, el Manchester City, el FC Schalke o el Sporting de Lisboa, entre otros.
Los eSports son un fenómeno que está ganado, masivamente, seguimiento, por su capacidad para llegar a un público joven. Pero lo cierto es que su base de público se está ampliando y ya se ha convertido en algo más que un negocio potencial, para pasar a ser un espectáculo consolidado con unas previsiones muy optimistas de crecimiento. Ese es uno de los grandes motivos por los que un perfil como el del jugador (o ex jugador) de fútbol se quiere involucrar en estos proyectos. También debemos tener en cuenta que su recorrido en el mundo del deporte de élite y el conocimiento de la competición hacen que este mundo les sea más accesible que otras inversiones que pueden ser más complejas, como los productos financieros o la participación en empresas.
