El fútbol como medio de integración

Visitamos las instalaciones del Parque Benicalap para ver un partido de la Segunda Infantil entre el equipo local, CFUD Benicalap y Unión Imposibles-Beteró. Un partido más dentro de los cientos que se juegan en la Comunitat Valenciana. Llegamos con el partido ya iniciado y yendo hacia el campo ya se oían los gritos de ánimo e indicaciones de los familiares.

Habíamos quedado con Fernando, un uruguayo de los muchos que ha tenido el acierto de elegir Valencia para iniciar un nuevo proyecto de vida, pero como buen uruguayo, ya antes de venir, una de sus preocupaciones era dónde podrían jugar sus tres hijos a fútbol.

Tenía prevista su llegada, junto a su familia, a Valencia el 31 de agosto y semanas antes contactó con Valencia Base para informarse de cómo podían seguir jugando sus hijos a su deporte favorito. En nuestras conversaciones telefónicas y por whatsapp nos sorprendió como viven el fútbol base en Uruguay, prácticamente no hay diferencia con el fútbol profesional, quizás de ahí el carácter competitivo de los jugadores charrúas.

Deporte Base

Si hay un país que se siente el fútbol de una manera diferente es Uruguay, una nación del continente sudamericano de tres millones y medio de habitantes para los que el fútbol es algo más que un deporte y que exporta cientos de jugadores al fútbol europeo.

Una vez en las gradas y tras la presentación en persona, comenzamos a hablar sobre las dificultades que habían tenido para poder jugar un partido oficial, por temas de papeleos, pasaban los meses y los niños únicamente podían entrenar con sus equipos. Finalmente, antes de Navidad se pudieron solucionar los problemas y después de más de tres meses los niños por fin podían disfrutar jugando un partido de fútbol.

La emoción del partido nos llevó a dejar de lado las presentaciones y seguir el partido, antes de llegar se había adelantado el CFUD Benicalap en el minuto 3 y un gol de los visitantes en el minuto 17 puso las tablas en el marcador. De entre la gradas los ánimos continuaban, los familiares animaban apreciándose varios acentos en los alientos a sus hijos.

Llegado el descanso, comenzaron a salir de las gradas niños pequeños con ganas de disfrutar de los 10 minutos del descanso jugando ellos al fútbol mientras los mayores descansaban. Mis 3 pequeños acompañantes, junto con otros 4 o 5 pequeños chavales improvisaron un mete-se-pone. Uno de ellos era Francisco, el hijo pequeño de Fernando que juega en el benjamín A del CFUD Benicalap con el que ha disputado 8 partidos y marcado 3 goles.

Mientras veíamos a nuestros chicos jugar, comentamos las diferencias entre el fútbol base en Valencia y en Uruguay, a Fernando le extrañó que en España se pagará por jugar en categorías inferiores, baby-fútbol como se conoce allí, donde es gratuito.

Otra de las diferencias destacadas era la intensidad del juego, el juego en Uruguay es más intenso, los jugadores van con más fuera al balón dividido. También quizás en un principio le sorprendió que los familiares eran algo tranquilos durante los encuentros. Los partidos no se vivían con mucha intensidad en las gradas, pero últimamente ha cambiado su opinión, no se viven como en Uruguay donde apenas hay diferencia entre el fútbol de primera, pero si que hay intensidad en las gradas.

Fernando nos relató como fue la búsqueda de club para sus tres hijos, solucionado el asunto de la vivienda y el colegio, lo siguiente, fue buscar equipo a sus tres hijos Pedro, Mané y Francisco. Finalmente por horarios, cercanía al domicilio y descuento al inscribir al tercer hermano, escogieron el CFUD Benicalap.

Comenzó la segunda parte y los pequeños siguieron jugando al fútbol en una cancha adyacente; cambiaron de posición a Mané, el mediano de tres niños, de la banda izquierda lo pasaron a la banda derecha, habitualmente juega en las posiciones de punta en el Infantil A, en la Segunda Provincial grupo 2, donde ha jugado 6 partidos y ya ha conseguido marcar un gol, el de la victoria en la remontada ante el Llíria UD B.

Se mantuvo la emoción en el partido, pasándose la tensión a las gradas con las lamentables y habituales protestas al árbitro. Con ocasiones por los dos equipos se llegaban a los minutos finales, los visitantes se quedaron con 10 jugadores por lo que CFUD Benicalap intensificó su ataque.

Fernando nos comentaba como son las canchas en Uruguay normalmente de césped natural, aunque en algunos casos el pasto brilla por su ausencia, y los entrenamientos que ya empiezan a estar «contaminados» por el tiki-taka.

Faltaba el mayor de los tres hermanos, Pedro, que juega de lateral izquierdo en el Juvenil del Benicalap en la Segunda Regional Grupo 7, con el que ya ha disputado 6 partidos y ha marcado 2 goles, estaba de viaje para visitar a unos amigos.

De nuevo la emoción nos llevó a centrarnos en el partido, Jean Louis, el padre de otro jugador del Infantil del Benicalap, se unió a nuestra conversación. Jean Louis es belga y residente en Valencia, donde llegó procedente de Costa Rica donde sus hijos jugaron a fútbol los dos últimos años. Esa misma tarde las dos familias se habían juntado para comer en casa de Jean Louis pocas horas antes del partido.

Finalizó el partido con el empate, no hubo más goles, y charlamos con los dos niños, Mané, recién acabado el partido, nos indicó que los entrenamientos en España son mejores y más fuertes que en Uruguay. Francisco, el más pequeño también incidió en este aspecto, le gustan más los entrenamientos que tiene en Valencia.

Faltaba por conocer a Geraldine, una de los tres millones de entrenadores de Uruguay, la madre de Pedro, Mané y Francisco, ella también nos apuntó las diferencias de intensidad tanto en la campo, como en la grada, aunque puntualizó que para ella tampoco es tanta la diferencia en la grada.

Después de finalizar la conversación y despedirnos, busque de nuevo a mis pequeños acompañantes estaban en medio de un partidillo con 6 o 7 niños más, desconocidos apenas hace 15 minutos, como no, costó sacarlos del partidillo.

Ya camino de vuelta a casa pensaba en la gran labor que se hace desde el fútbol base ya que sirve a unos niños, y a unos padres, para conocer a amigos con muchas cosas en común e integrarse en una sociedad a miles de kilómetros de su patria.

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