Los tres ganadores del concurso del mejor canterano del CD Castellón ya tienen su premio

 

Con la Torre Maratón como telón de fondo, Isabel Bojados; Ximo Escura y Marcos Portolés, ya tienen su premio (la camiseta conmemorativa del ascenso del CD Castellón a Segunda A) después de participar en el concurso organizado por Castellón Base con el apoyo de la Fundación Albinegra.

Pedro Alcañiz, el delantero del CD Castellón de los años 80 y 90, exponente máximo de la «Factoría de El Bovalar», fue elegido por los lectores de Castellón Base como el mejor canterano de la historia de la entidad albinegra. Alcañiz jugó en el primer equipo y en otros clubs como el Valencia CF y el Villarreal CF. Alcañiz fue considerado en su tiempo como uno de los delanteros con más olfato goleador, circunstancia que le valió dar el salto al Valencia CF en Primera División.

Circo Fofito

Alcañiz, de acuerdo con las normas del concurso, ha obtenido 105 puntos, seguido por el central Javi Valls (25 puntos) y Víctor Salvador (18). Otros jugadores que han recibido votos han sido el ex portero Emilio Isierte y Carles Salvador  (17); Marenyá, Dealbert, Mendieta (10); Pablo Hernández (5 -no ha jugado con el primer equipo) y Manuel Doménech (5); Tico Ramírez, Pol Bueso, Florin Andone, Javier Ibeas y Enrique Saura (2).

Según la web Ciberche, Pedro Alcañiz, alumno del Colegio Herrero de Castelló, de las calles pasó a jugar en un club denominado Estrella Roja y posteriormente en el Atlético Estudiantes, de donde dio el salto a las categorías inferiores del Club Deportivo Castellón. Debutó con el primer equipo en edad de juvenil, con el técnico catalán Antonio Torres en el banquillo, el 12 de febrero de 1984, en la 23ª jornada de Liga contra el Castilla en Castalia. Durante aquel primer curso, jugó cuatro partidos de Liga y todos los de la Copa de la Liga de Segunda División, de la que se proclamó campeón. Doce partidos, ocho como titular, en los que marcó cinco goles con sólo 18 años. Toda una declaración de intenciones acerca de su ambición como goleador.

Alcañiz permaneció dos temporadas más en el conjunto de La Plana. En la primera, jugó 33 partidos aunque sólo 9 desde el inicio, marcando 4 goles y debutando con la selección nacional sub-21. En la temporada 1985-1986, pulverizó todos los registros en la historia del club, marcando 23 goles en 37 partidos y logrando el Trofeo Pichichi de la categoría de plata. Sus indiscutibles números le convirtieron en el refuerzo estelar de un necesitado Valencia que acababa de descender al infierno de la Segunda División y necesitaba urgentemente un referente en el ataque de bajo coste y grandes prestaciones. Aportó 10 goles en 20 partidos, en una campaña en la que había acumulación de atacantes en la plantilla, sin que Alfredo Di Stéfano se decantara por ninguno de ellos como titular indiscutible.

Una vez logrado el ascenso, Alcañiz logró cierta estabilidad en el equipo durante dos campañas más. Sin tener el puesto asegurado, se ganó a la grada a base de pundonor y brega sobre el terreno de juego, sin dejarse en el cuerpo una sola gota de sudor durante los partidos. Jugador de gran fuerza física, no rehuía el choque con los defensas rivales, a los que sometía a un tercer grado durante noventa minutos. Aportó, además, goles importantes e inverosímiles, provocando en más de una ocasión el flamear de pañuelos blancos en la grada de Mestalla. Incomprensiblemente, Espárrago le relegó al banquillo en favor del mexicano Lucho Flores, que en absoluto le mejoraba y al finalizar la campaña del 89, decidió regresar al Castellón, donde siguió incrementando sus registros.

Se mantuvo dos temporadas en Primera División con el conjunto albinegro, marcando 13 goles en 54 partidos bajo las órdenes de Luiche hasta el descenso del equipo en el verano de 1991. Fichó entonces por el Villarreal, donde aportó 7 tantos en 21 partidos para lograr el ascenso a la categoría de plata. Permaneció otros dos cursos en el submarino amarillo, anotando 17 dianas en 65 encuentros. Después permaneció dos temporadas retirado del fútbol profesional hasta que en el verano de 1996, a los 31 años, regresó por tercera vez al Castellón, en la Segunda División B. Marcó 10 goles en 26 partidos, convirtiéndose en el máximo goleador del equipo, pero la falta de continuidad le hizo abandonar el fútbol profesional para ir a jugar al Benlloch, donde militó cuatro temporadas, incluyendo una experiencia como entrenador y jugador, siendo el pichichi de la Segunda Regional durante tres temporadas. Su carrera deportiva finalizó en el Club Deportivo Almassora, donde consiguió el récord de haber jugado y marcado en todas las categorías del fútbol español: desde la Primera División hasta la Segunda Regional.

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