La Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana ha querido dar otra vuelta de tuerca a la confección de las competiciones de los más pequeños, el «Fútbol 8».
Con las novedades se busca, teóricamente, favorecer la igualdad entre equipos, reducir las goleadas y dotar de más carácter formativo que competitivo a esas ligas, sobre todo las de menor nivel. Para los que no conozcan estás novedades les invito a que visiten el artículo publicado en esta misma web donde encontrarán además un enlace a la circular completa de la FFCV ( https://castellonbase.com/futbol-8-castellon-primera-fase-con-grupos-reducidos-para-una-segunda-mas-competitiva-y-regreso-de-la-categoria-mixta/ ).
Algunos dicen que se ha hecho a la medida de los grandes clubes, puesto que aparece una nueva modalidad de competición autonómica a la que por supuesto solo pueden aspirar esos grandes clubes de nuestra Comunitat, otros dicen que a efectos formales no cambia nada para las escuelas más modestas, etc. en fin, que hay opiniones para todo.
A mi la verdad es que me asaltan ciertas dudas.
En primer lugar creo que no deja de ser un sistema para separar categorías como lo podría ser un sistema clásico de ascensos y descensos, pero encubierto, puesto que en categorías tempranas está cada vez peor visto que se compita con objetivos competitivos, valga la redundancia, cuando en realidad el problema no es de forma si no de fondo, es decir, el problema no es competir por un ascenso si no cómo se compite para ello, y en esto hay un problema educacional muy complejo de modificar a corto plazo.
En cualquier caso, y poniendo por delante que la intención final es la de favorecer que se iguale la competición, me ofrece dudas poner las decisiones de donde colocar a los equipos en manos de los clubes, aunque sea sólo para una primera vuelta clasificatoria. Vuelta clasificatoria que desemboca en una segunda que, seguramente será muy igualada pero que, como la calidad futbolística no entiende de geografia, puede terminar, como ya lo hizo el pasado curso, en desplazamientos larguísimos de niños de 6-7 años, ¿qué es mejor, que esos niños no reciban X goles, o que se tengan que levantar a las 6 de la mañana para meterse en un coche una hora y media de viaje por jugar un partido de fútbol? ¿A quien afecta más la goleada? ¿A los niños o a los padre? Son preguntas que todos deberíamos de hacernos antes de buscar a responsables externos, veremos finalmente como se gestionan estos detalles esta temporada.
Otro tema es el nuevo modelo de competición en las llamadas «ligas de iniciación», que por otra parte tampoco entiendo por qué razón solo se aplica a esas ligas, pero en fin, vamos al meollo de la cuestión. En teoría se establece ese tipo de competición, entre otras cosas, para evitar las grandes goleadas, ya que como máximo un equipo solo ganará por 4-0, (que son los cuartos en los que está dividido el partido), claro…eso a efectos oficiales, porque ningún mecanismo impide que cada cuarto termine 10-0, y yo me pregunto, ¿A los niños que están jugando lo que se les queda que és? ¿Lo que aparece en el acta o lo que han vivido en el campo? Porque si tanto les afectan las goleadas poco les va a importar lo que diga el acta del partido¿O no? Igual sería mejor, si de verdad se pretende terminar con la competitividad exagerada, las goleadas exageradas, etc. fomentar algun incentivo que lleve a no desear meter tantos goles despojándoles de algo de valor, porque para ganar un partido es suficiente con marcar uno más que el rival, dos o tres si quieres estar más tranquilo, pero ya está. Y con ello quizá se favorecería más la deportividad y el tan nombrado «fair play».
Por último está la aparición de los grupos mixtos, en los que estarían mezclados niños de primer y segundo año sin limitación en número de uno u otro. Una medida fantástica para las escuelas modestas de barrios y pueblos pequeños que a duras penas pueden hacer equipos, ¡Qué gran noticia! Claro, si no es que no hay suficientes equipos para completar un grupo, o si ese grupo hay que formarlo con equipos de lo largo y ancho de la provincia, o si se forman uno, dos o tres grupos y otro se queda a medias, ¿Qué pasará entonces? ¿Se colocarán esos equipos repartidos en el resto de grupos aunque eso suponga desplazamientos largos? ¿Se colocarán esos equipos en grupos de segundo año aunque eso suponga goleadas? Una vez más, habrá que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
A todo esto hay que añadir que habrá que ver cómo lo llevan los árbitros ante tantas novedades y diferencias entre todas las categorías, ya que en ocasiones se han podido observar dificultades en algunos árbitros para identificar modificaciones normativas como la introducción de cambios volantes en primera y segunda provincial de fútbol 11 o para detectar la alineación indebida por no jugar ningún minuto algún jugador incluido en la convocatoria en fútbol 8 y las categorías nombradas anteriormente; esto no es un detalle menor, ya que la federación debe responsabilizarse de la correcta formación y reciclaje de nuestros árbitros por ser un elemento indispensable para el correcto desarrollo de las competiciones.
En definitiva, la gestión del fútbol base es muy compleja, contentar a todo el mundo es imposible, y alguien siempre se considerará damnificado por una decisión u otra, por lo que todo lo manifestado más arriba no es una crítica, si no una invitación a la reflexión para todos los agentes implicados en las competiciones de fútbol base, y en concreto de fútbol 8. Soy consciente de que para los puristas del fútbol he dicho cosas que no seran acertadas o incluso ofensivas, como también soy consciente de mi ignorancia, y es por eso que no hago afirmaciones, si no que lanzo preguntas para que cada cual las responda como mejor le parezca.
Artículo de Sergio Farre Robador.
