No lo entiendo

Artículo de Sergio Farré. Colaborador habitual de Castellón Base 

La situación que se cuenta a continuación sucedió en un campo de nuestra provincia, el nombre del niño es ficticio, pero lo situación no, por desgracia no sólo es real, si no que se repite en demasiadas ocasiones, quizá deberíamos ponernos más a menudo dentro de la cabecita de nuestros niños, y analizar los mensajes que les mandamos con  nuestras acciones, seguramente cambiariamos muchos de nuestros comportamientos.

«Hola, soy Javier, tengo 9 años y me encanta jugar a fútbol. Juego en el equipo del barrio de mi ciudad y me lo paso súper bien, además tengo mucha suerte porqué tengo compañeros que son buenísimos y este año vamos segundos en la liga. Justamente hoy vamos a jugar contra los primeros y va a ser muy difícil ya que no han perdido ningún partido. Tengo mucho sueño porqué nos hemos levantado muy temprano pero estoy súper emocionado, es el viaje más largo de la temporada y se me hace eterno, ¡¡¡Me muero por llegar y empezar a jugar!!! Por fin empieza el partido y como es normal empiezo en el banquillo, no me importa, seguro que más tarde podré jugar con mis compañeros, les animo desde la banda, lo están haciendo muy bien, el partido está muy emocionante y van pasando los minutos, y de repente ¡¡¡goooool!!! ¡No me lo puedo creer! ¡Vamos ganando! Me pongo súper nervioso, me muero por salir a ayudar a mis amigos, deben estar cansados. Sigo animando, es lo único que puedo hacer desde aquí, los papás gritan mucho, estamos dominando el partido, y otra vez ¡¡¡otro gol!!! ¡Esto pinta muy bien! Falta poco para el descanso, ¡Ufff, qué nervios! ¡Ya! ¡Pitó! Descanso, el entrenador está contento aunque sigue muy tenso, durante los minutos de descanso se dirige todo el rato a los mismos niños, -¡No nos podemos relajar!- les dice, yo miro esperando que en la segunda parte pueda salir al campo. Empieza la segunda parte y sigo en el banquillo, con otros dos compañeros que tampoco han jugado, ya no animamos tanto, y el entrenador tampoco nos lo pide, está muy nervioso y le grita mucho al árbitro, no se porqué no nos hace salir para que descansen los demás, no lo entiendo, pasan los minutos hasta que el árbitro pita el final. Me siento raro, debería estar muy feliz porque hemos ganado al líder, pero en realidad no lo estoy, pero no quiero decirlo, no quiero que se molesten mis compañeros ni mi entrenador. Cuando voy saliendo cabizbajo del campo un señor se nos acerca -¿Oye, tú hijo ha jugado algún minuto?- le pregunta a mi papá, que se encoge de hombros diciendo -No sé, no me he fijado- ¡¿Cómo?!¿Que mi papá no se ha dado cuenta de que no he jugado? ¡Ahora sí que estoy triste! Aquel señor que le había preguntado se enfureció con la respuesta de mi papá y le llamó sinvergüenza o algo así, pero yo ya no escuchaba, me sentía demasiado triste, durante la hora que duró el viaje de vuelta no dije nada, mi papá estaba súper contento y yo no entendía porqué, no tenía ganas ni de ir a entrenar el próximo día, porqué total, mi padre ni se da cuenta de cuando juego y cuando no….

Deporte Base

 

Circular n° 14 de la FFCV para competiciones de fútbol-8. Página n°5 párrafo 3°:

 

SUSTITUCIÓN DE JUGADORES EN LOS PARTIDOS

 

En las competiciones de fútbol-8, Alevines, Benjamines y Pre-Benjamines, será obligatoria la participación de TODOS LOS JUGADORES QUE FIGUREN EN EL ACTA.