Artículo de Marcos Bernat.
El fútbol ha cambiado, es un hecho que cualquier aficionado puede corroborar. Lejos quedan las imágenes de equipos profesionales sin ninguna estructura sobre el terreno de juego, futbolistas que no tenían ni si quiera una posición determinada o partidos en los que el esférico no pasaba por más de dos jugadores en la misma posesión. Pero, ¿cuáles son las causas de esta evolución?
La gran pregunta esconde su respuesta en el trabajo que hay más allá de patear una pelota. Los técnicos son los encargados de formar a sus plantillas con nuevos conceptos que determinan en gran parte la manera de practicar este deporte.
Para que estos puedan plasmar sus ideas, primero deben adquirir los conocimientos necesarios. Para ello pueden matricularse en tres cursos de diversos niveles que otorgan licencias para dirigir diferentes categorías en consecuencia con la materia superada. Todos ellos están guiados por profesionales con diplomaturas en Ciencia de la actividad física, máster en Educación y titulados como técnicos deportivos.
Ximo Montero, director del Centro Nacional de Formación de Entrenadores en la sede de Castellón, asegura que aspectos tácticos, técnicos, físicos y psicológicos son esenciales. «Intentamos dar el máximo número de recursos y herramientas a los alumnos para que así puedan desenvolverse en un futuro de forma exitosa en función del contexto que se puedan encontrar», asegura.
Las grandes diferencias con épocas anteriores no vienen marcadas tan solo por el fútbol de élite que se puede consumir en las televisiones. Las categorías más modestas siguen a pasos agigantados el camino tomado por los más grandes. Asimismo, el director ha señalado este hecho como una de las principales transformaciones. «Sobre todo, el cambio reside en la metodología y el intento de profesionalización desde las categorías más pequeñas», apunta.
En la vigente temporada, la Federación Valenciana exige validar el título acorde con la categoría que disputa el equipo para poder inscribirse como entrenador en cualquier club, siendo obligatorio al menos el nivel 1 para competiciones, sin excepción, a partir de infantiles.
Ante los requerimientos, Montero reconoce que algunos clubs han tenido dificultades para contar con personal titulado que pueda dirigir a sus equipos. Sin embargo, afirma que el problema ha conseguido solucionarse. Además, ha querido poner en valor la actitud y ambición de mucha gente que pone gran empeño en la participación en estos cursos que les permiten sentarse en los banquillos y que contribuye en el salto de calidad que ha dado este deporte.
