El período vacacional en el fútbol base

Cuando me propusieron escribir un artículo sobre cómo debe prepararse un futbolista, del fútbol base, durante el período transitorio, para afrontar en condiciones óptimas la pretemporada, lo primero que me vino a la mente fue: – “No preparándose”.

Quizá suene raro, y quizá esté tirando piedras contra mi propio tejado, pero para mí es lo más sensato. Una vez leído lo que viene a continuación, entenderéis el porqué de mi respuesta.

Cuando termina la temporada, todos los padres de los jugadores te hacen la típica pregunta bomba, “¿En qué equipo va a jugar mi hijo/a la temporada que viene?”. Quizás la más importante para ellos, aunque no debería ser esa la pregunta más adecuada. Aunque no es tan común, existen padres que te formulan una segunda pregunta, ¿Qué puede hacer mi hijo/a mientras está de vacaciones?

Deporte Base

Pues bien, lo primero que deberíamos entender es que el período vacacional es exactamente para eso, para descansar, nuestro organismo está diseñado para sobrevivir, su único fin es mantenernos con vida, no está creado para competir. Con lo cual, debemos realizar el descanso pertinente para resetear el organismo y liberarlo del estrés físico y mental al que le sometemos durante la temporada.

Cuando nos referimos a descansar, muchas veces sólo lo asociamos a lo físico, y no debería ser así. El descanso es tanto a nivel físico como mental, eliminar todo ese estrés, esa ansiedad, nervios, presión, decepciones, alegrías…todas las emociones y sensaciones que nos produce el entrenamiento y la competición. El descanso, la recuperación, la desconexión de la rutina, es parte fundamental y necesaria del entrenamiento, pero no solo en el deporte, sino en cualquier ámbito de la vida. La fatiga mental, aquella tan olvidada, y la que hay que tener más en cuenta.

En el período transitorio el objetivo principal es descansar, desconectar.

En todo momento nos estamos refiriendo al fútbol base, entendemos como fútbol base o fútbol formativo, edades comprendidas entre 6 y 18 años.

Me gustaría volver de nuevo a la respuesta que he dado al principio de estas líneas, donde afirmo que la mejor preparación es no preparándose, y he aquí el porqué. Es imposible pensar que un niño o una niña, de esa edad, no vaya hacer ningún tipo de actividad física durante el verano. El jugador ya está en continuo movimiento, va a la playa, sale en bicicleta, juega “pachangas”, práctica una partida a pádel, hace una excursión por la montaña, práctica deportes de aventura, patina, etc. Con lo cual, con eso ya estamos cumpliendo con los objetivos, que no son otros que “desconectar” de la rutina diaria del deporte en concreto.  

Existen casos concretos donde sí aprovecharemos ese parón vacacional, ese período transitorio, para llevar a cabo un plan de entrenamiento específico. ¿En qué casos? Pues con jugadores que se lesionaron durante o al final de la temporada, y necesitan de un trabajo individualizado y personalizado dentro de su proceso de recuperación para afrontar la pretemporada en condiciones óptimas. O bien, jugadores en su etapa final de formación, edades comprendidas entre 15 y 18 años, donde se pueda realizar un tipo de entrenamiento específico para modificar su morfología en la musculatura y prepararlos para las exigencias que demanda su deporte, en este caso, el fútbol.

 

FELIZ VERANO

Artículo de Jahvé Fernández Sánchez, de Vinaròs

Ex preparador físico del CD Castellón

Actualmente Preparador Físico del CD Toledo

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor escribir tu comentario:
Por favor ingrese su nombre aquí