La oportunidad de jugar en el equipo B de un club grande

Juan Ángel Martínez / Vinaròs

La jornada de sábado en infantil preferente empezaba con un interesante partido entre U.E. Vinaròs C.F. y Villarreal C.F. El conjunto groguet llegaba como líder con 52 puntos, mientras que su rival seguía 4 puntos por encima del descenso. La diferencia de contextos, sumada a las pocas jornadas que restan de liga – cuatro en concreto –, le daban mucha trascendencia al duelo. Los jugadores no decepcionaron y el marcador acabó reflejando un 1-2 para los visitantes, con un penalti fallado por los locales en el último segundo. Gracias al agónico triunfo, el Villarreal C.F. sigue liderando la tabla 5 puntos por encima del segundo.

Sin embargo, al tratarse de un equipo “B”, no pueden subir de categoría ya que no está permitido. Este condicionante es bien sabido desde inicio de temporada, aunque no parece incordiar al míster. «La temporada la afrontamos para que los chavales progresen y puedan mejorar. La mayoría son de primer año y lo que buscamos en el Villarreal es una formación para que, de cara al año que viene, alguno pueda estar en autonómica. Nos interesa más esto que ganar todos los partidos, aunque el refuerzo positivo de la victoria siempre ayuda», explica Adrià Ronchera, entrenador del Villarreal C.F. “B”.

Deporte Base

Si bien el ascenso es imposible para algunos clubes, como es el caso del Villarreal C.F. “B”, tener al Villarreal C.F. “A”, que ahora mismo lidera su grupo en la liga autonómica infantil, puede suponer una motivación extra para el jugador. «Subir al infantil A es muy complicado porque estos
jugadores son todos de la zona, ninguno es fichado de otra provincia, aunque alguna posibilidad sí que hay. Si desde secretaria técnica lo ven necesario, adelante. De hecho, hay algún jugador de nuestro equipo que ya ha subido», confirma el entrenador groguet. No obstante, desde el equipo técnico trabajan «con objetivos individuales que hacen que el jugador se esfuerce, ya no solo a nivel colectivo, sino también a nivel individual».

El seguimiento que desde el club se le hace a los futbolistas es, según Adrià Ronchera, motivo de peso para seguir creciendo y, sobre todo, para seguir avanzando independientemente de formar parte del “A” o del “B”. De hecho, asegura que en el vestuario no hay carencias de motivación y
que el techo de los jugadores es elevado. «Ellos saben muy bien que con trabajo y con esfuerzo, las cosas pueden llegar», concluye el técnico.

No jugar en el equipo “A” puede producir, de primeras, sentimientos de impotencia y frustración, y más en niños de edad infantil. Sin embargo, si se observa con perspectiva, no es más que otra oportunidad para aprender y crecer practicando el deporte rey y representando a un club, con todo lo que eso conlleva. Donde algunos ven una oportunidad perdida o un fracaso, otros ven un camino distinto pero igualmente válido y esperanzador. Es ahí donde se forjan los verdaderos deportistas.

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